¿Qué es una campaña?

Con frecuencia, los grupos pierden valiosa energía en una serie infinita de jornadas educativas o acciones que no parecieran sumar para llegar a algo. Por el contrario, las campañas canalizan el poder de un grupo al enfocarse en un objetivo concreto.

Las campañas son esfuerzos sostenidos dirigidos hacia un resultado específico. Por ejemplo, lograr que una compañía desinvierta sus fondos en la industria de combustibles fósiles, detener una planta energética de carbón o forzar al gobierno a producir un estudio sobre el impacto del cambio climático.

Las campañas son una forma poderosa de fortalecer estratégicamente la capacidad y la experiencia de un grupo. A la vez, las campañas logran sólidas victorias en favor de la justicia social.

Las campañas se diferencian de las iniciativas que sólo se concentran en los problemas sociales. Las campañas identifican una porción de lo que queremos y se encaminan para alcanzarla. Tener una meta concreta fortalece las jornadas educativas, las acciones de difusión y las protestas.

 

Las acciones que no hacen parte de una campaña no llegan a ninguna parte.

Las campañas son diferentes de las protestas que ocurren una sola vez. Estas últimas, como el día de la desinversión masiva, lograr generar conciencia en el público. Sin embargo, el poder de una campaña es que una vez terminada una acción y la gente nos pregunta qué pueden hacer para contribuir al cambio, les ofrecemos diferentes opciones. Las campañas inspiran a las personas a tomar nuevas acciones, además de ayudarles a entender la dimensión del problema y todo esto suma para lograr un cambio real.

 

Las campañas construyen poder en el curso de su desarrollo.

 

Las campañas tienen un objetivo

Las campañas son una forma muy útil de lograr un cambio porque:

  • Tienen objetivos específicos y definidos que crean ímpetu y suben la energía en lugar de dispersarla entre muchas acciones que no logran ganancias concretas.
  • Tienen un blanco específico, esto es, la persona o las personas que pueden hacer el cambio, lo que permite hacer un uso más efectivo de los limitados recursos que tiene el movimiento.
  • Usan múltiples tipos de tácticas y acciones, lo que ofrece un rango amplio de posibilidades para que las personas se unan y participen.
  • Aumentan la efectividad de las jornadas educativas al demostrar cómo cada acción se construye sobre la anterior y se acerca al objetivo.
  • Mantienen la presión en el tiempo con el fin obtener concesiones, al contrario de las acciones que ocurren una sola vez que le permiten a quien o quienes son el blanco de la acción simplemente esperar a que pase la tormenta.
  • Desarrollan liderazgo de base y se conectan con nuevas alianzas.
  • Toman la ofensiva y construyen su propia línea de tiempo para conseguir el cambio.

Las campañas se definen por sus objetivos: lograr una reforma en los programas de vivienda, derrocar un dictador, convencer al Concejo de la ciudad de que revoque una ordenanza represiva o lograr que las maquilas multinacionales permitan la sindicalización de sus fábricas.

Los objetivos requieren que haya una persona o un grupo de personas que se designen como blanco de la campaña, esto es quienes tienen el poder de decisión sobre el cambio que se busca. Esto es diferente a una visión a futuro como «detener el cambio climático», con la que no puede identificarse un solo individuo o grupo que tenga el poder de decisión para hacer que esa visión se haga realidad. Las campañas se enfocan en una porción de esa visión más amplia y exigen implementación de pasos concretos. Así, un objetivo de campaña relacionada con el cambio climático puede ser forzar un a una compañía a que invierta en paneles solares, detener una planta de carbón o lograr que una entidad retire sus inversiones en combustibles fósiles.

Las campañas utilizan múltiples tácticas

Bloqueos, sentadas, huelgas, marchas y discursos en espacios públicos están entre las muchas tácticas que pueden surgir en una campaña. En las campañas, las tácticas están diseñadas para mantener la presión sobre el blanco, esto es la persona que tiene el poder decisorio de lograr el cambio. A lo largo de toda la campaña, la idea es ir aumentando la presión sobre el blanco hasta que éste ceda.

Otpor, la reconocida organización estudiantil yugoslava entendió esto cuando lideró una exitosa campaña para derrocar al despiadado dictador Slobodan Milosevic. Eligieron tácticas que poco a poco iban escalando la presión sobre Milosevic. Empezaron usando formas creativas de educación popular y teatro guerrilla, luego pasaron a protestas públicas ilegales en combinación con otras tácticas.

Una de las más efectivas fue «acechar oficiales de policía», que consistía en conseguir los nombres de policías que violentaban a los estudiantes que salían a la calle, e ir a los barrios en que vivían con pancartas que decían: «Este oficial golpea manifestantes pacifistas». Fue tan efectiva para avergonzar a los policías frente a sus vecinos y familias que Milosevic ya no podía confiar en que la policía seguiría sus órdenes. (Para leer más sobre cómo desestabilizar a quienes detentan el poder, ver La pirámide invertida).

A medida que aumentaba la presión, Otpor eventualmente logró parar por completo la ciudad capital, irrumpir en el edificio del Parlamento y forzar a Milosevic al exilio.

Se usan diferentes tácticas para educar, conseguir alianzas, construir poder popular y ejercerlo a través de la no cooperación con el sistema a nivel masivo. A diferencia de las acciones que se hacen al azar, estas tácticas están secuenciadas de forma tal que se fortalecen y escalan hasta un momento en que fuerzan al blanco a realizar el cambio exigido.

 

Las campañas toman tiempo

Las campañas no están hechas de acciones que ocurren una sola vez. De hecho, el cambio nunca ha ocurrido gracias a una sola manifestación. Las campañas triunfan porque se sostienen e involucran el aumento de presión a lo largo de un período de tiempo. Mientras una marcha aislada puede lograr asustar a los políticos, puede que no sientan que deben hacer algo en respuesta. Pueden simplemente esperar a ver si se disipa el interés en el asunto en cuestión. Las campañas mantienen la presión constante sobre el blanco por lo que llegan al punto en que saben que deben actuar. Las campañas siguen escalando las tácticas hasta lograr el objetivo.

Otro elemento diferenciador es que las campañas tienen un final definido: cuando se alcanza la meta. Una vez triunfan, ¡los grupos que lideraron la campaña pueden aplaudir, celebrar y hacer una fiesta!

Para leer sobre un ejemplo de una campaña en acción, ver Cómo se crean realmente las campañas.)

¿Por qué funcionan las campañas?
  • El movimiento necesita liderazgo y experiencia en su base, lo que las campañas ayudan a construir.

Para realizar grandes campañas que sean efectivas, no podemos depender solamente en líderes u organizaciones nacionales o internacionales. Tener líderes está muy bien, pero el verdadero poder para el cambio social está en la base.

Las campañas desarrollan capacidad y liderazgo a nivel local de una forma natural y descentralizada. Con las victorias locales viene un aumento en la autoconfianza y una mayor disposición para asumir más. Gracias a la experiencia, los grupos toman decisiones mejores y más inteligentes.

  • Las campañas locales pueden replicarse

A medida que las organizaciones locales exploran los temas y ensayan nuevas tácticas, es más probable que empiecen a conocer información sobre otras tácticas que han sido usadas en otros lugares o para otros temas.

El movimiento nacional estadounidense que organizaba sentadas por la desegregación racial, por ejemplo, inició con cuatro estudiantes en Greensboro, en el estado de Carolina del Norte, que decidieron tomarse una farmacia y tienda de soda. Lograron popularizar la táctica que ahora conocemos como sentadas.

Esto es común; la innovación que se genera a nivel local contribuye a la formación de experticia nacional e internacional sobre lo que funciona, lo que motiva a la gente y lo que fortalece los movimientos sociales.

  • Las campañas toman la ofensiva

Las protestas a menudo son una acción defensiva: Reaccionar a la destrucción de otro bosque, demostrar preocupación por la más reciente propuesta de expandir el uso de la fractura hidráulica, atacar la última acción de los políticos o realizar demostraciones masivas frente a reuniones entre tomadores de decisiones. Las campañas se concentran en la consecución de sus objetivos y por tanto nos mantienen a la ofensiva. Fijamos una meta y luego luchamos por ella, lo que significa que no tenemos que buscar asistir a cada reunión con el gobierno, protestando en todos los lugares y momentos en que se encuentre nuestro blanco.

La pregunta entonces es: ¿Para qué campañas tenemos lo que se necesita?  Ya varios movimientos sociales alrededor del mundo usan campañas; Otpor en Serbia, Nagas en India, familias agricultoras en Tailandia, activistas pro-democracia en Kenia y muchos otros. En tanto actuamos en solidaridad con estos movimientos, ¿qué metas de campaña ayudarían a nuestros movimientos? ¿De qué forma podría su grupo, organización o colectivo hacer uso de una campaña? Qué campañas podemos imaginar y desarrollar a nivel local, nacional o internacional?

¡Lancemos campañas por la justicia climática!