Las preguntas provocativas tratan de generar — suscitar respuestas. Una alternativa a la organización basada en simplemente decirle a la gente lo que tiene que hacer. Se trata de una idea efectiva de organización que ayuda a la gente a conseguir lo que quiere, que las personas deseen lo que es consistente con sus valores, y clarifica y alinea sus valores. Las preguntas provocativas son una herramienta importante para conseguir todo esto y pueden ser utilizadas para entrenar, organizar, facilitar, y en casi cualquier proceso de grupo.
Las preguntas provocativas no son:
- preguntas de sí/no
- preguntas que empiezan con “por qué” y que a menudo provocan resistencia, posibilitan a la gente ser filosófica o invitan a la racionalización
- preguntas largas y complejas, difíciles de digerir
- una manera de engañar a alguien para que diga la respuesta “correcta”
Al contrario, las preguntas provocativas:
- conectan a la gente consigo misma profundamente
- crean movimiento y opciones asumiendo que la gente tiene conocimiento
- son cortas y simples
- muchas veces son preguntas que no se pueden hacer
Ejemplos de preguntas provocativas:
- Cuando ves este plan, ¿qué te entusiasma? ¿En qué partes quieres trabajar?
- Específicamente, ¿cuándo ha sucedido?
- ¿Con qué partes de la propuesta estás de acuerdo?
- ¿Cómo te imaginas que sería trabajar juntos?
- ¿Qué sería necesario para convencerte para…?
- ¿Cómo te involucraste en este trabajo sobre el cambio climático? ¿Qué hace que continues?
Las preguntas provocativas tienen múltiples beneficios. La persona que realiza las preguntas consigue información y conectar con las motivaciones y consideraciones profundas de una persona. Las preguntas provocativas ayudan a entender a las personas que están en desacuerdo contigo. Preguntando en lugar de discutiendo consigues su perspectiva, descubres desde qué ángulo ven el problema, encuentras puntos en común con aliados inesperados y reúnes datos. De esta forma las preguntas provocativas pueden reforzar las relaciones.
Las preguntas provocativas animan a la persona que las recibe a expresar sus suposiciones y creencias. Ayudan a la gente a mirar por debajo de la superficie, como al pelar las capas de una cebolla. Las preguntas provocativas pueden ayudar a que una persona sea más reflexiva sobre sus decisiones — y aprenda sobre sí misma (lo cual crea empoderamiento).