Pide a los participantes que se pongan de pie y quiten cualquier mesa/silla que tengan delante. Sitúate en el centro de la sala y declara, “Estoy parado/a en” – y termina la frase con el lugar donde se realiza el entrenamiento (Bangkok, Filadelfia, Accra, etc.). Explica que el suelo de la habitación es como un mapa del mundo – puedes pedir que el grupo señale los puntos cardinales (Norte/Sur/Este/Oeste).
(Si todo el grupo viene de un lugar similar, puedes reducir el tamaño a una región/país.)
Indica a los participantes que su tarea es ubicarse en el cuarto de acuerdo a su lugar de procedencia. No les guíes demasiado, ya que parte de la oportunidad se trata de que los miembros del grupo busquen ayuda entre ellos.
Una vez que los/las participantes se hayan situado, ofrece la posibilidad a todos/as de que digan su nombre y de dónde vienen. Ayuda a que el grupo se dé cuenta de grandes o pequeñas aglomeraciones de gente, un momento estupendo para reconocer y dar la bienvenida a las diferencias.
Esto puede abrir una conversación sobre las diferencias culturales en la sala. El facilitador puede invitar a los participantes a formar grupos de 4 personas de diferentes partes del “mapa”. Entonces plantea un tema o pregunta apropiado. Por ejemplo:
- (en un taller sobre acciones no violentas) ¿Qué tipo de acciones no violentas realiza la gente en el lugar de donde vienes?
- (en un taller sobre los medios) ¿Cómo se estructuran los medios convencionales en el lugar de donde vienes? En algunos lugares pueden estar seguros de que nada de lo que dicen los medios es cierto, mientras que en otros puede haber un espectro más amplio. ¿Cómo son los medios que conoces?
- (en un taller donde enseñas sobre diferencias culturales) ¿Qué destaca de este grupo? ¿Qué les hace diferentes de las otras personas en la sala? ¿En qué cosas son similares?