Cómo guiar un proceso de “ojos cerrados”

Comenzamos con la premisa de que aprender de nuestra propia experiencia nos valida y empodera. Este proceso permite a la gente tener tiempo para la reflexión interna (con sus ojos cerrados, si así lo desean) para ayudarlesa la gente a recordar una experiencia positiva vivamente y utilizarla. Entonces las personas pueden compartir esa historia—lo cual refuerza el aprendizaje— y finalmente ponerla en un marco más amplio.

Duración: 20-45 minutos Tamaño del grupo: 5-50 personas

Proceso

1. Proceso de «ojos cerrados»

  • Explica de lo que se trata (a lo mejor incluye preguntas del tipo “Cuántos de ustedes…”)
  • Forma grupos donde puedan compartir las experiencias (grupos de entre 3 y 5 personas)
  • Pide que cada grupo decida quién compartirá primero/a, segundo, tercero…
  • Relajación (respirar profundamente, dejar que la tensión salga del cuerpo)
  • “Te invito a recordar un momento en el que exitosamente… Si recuerdas varios, elije uno para este ejercicio”
  • “Recuérdalo lo más vivamente posible” (utiliza el canal de la vista, del oído, el cuerpo/movimiento, los sentimientos/emociones)
  • La frase clave. Por ejemplo, “¿Qué cualidades o características dentro de tio te posibilitaron hacerlo? ¿Qué lecciones tomaste de esta experiencia para tu aprendizaje personal?

2. Compartir en grupos pequeños

Acompáñales a lo largo del proceso, anunciando la cantidad de tiempo por persona. Cuanto más largo el taller, más importante será ser formal e insistente en esto. (Puede que no sea culturalmente apropiado establecer límites de tiempo individuales. Como alternativa podrías decirle a la gente el tiempo total aproximado para todo el grupo y anunciar “ha pasado alrededor del tercio del tiempo para este ejercicio,” etc.)

3. Compartir con el grupo entero

Utiliza hojas de papel grandes para “cosechar” de los individuos. Puede ser necesario decir que no se necesita llegar a un acuerdo en este punto, lo más importante es que haya una oportunidad para que las personas puedan presentar su perspectiva.

Ten en cuenta que ésta es una buena oportunidad para que la persona que facilita enmarque  (ponga en contexto) el material, para asegurar un aprendizaje más profundo. Siempre que sea posible, conecta los comentarios de la gente con principios generales, o temas que se tratarán más adelante en el taller. Una breve historia o anécdota puede funcionar para ello. A menudo es posible describir un recurso brevemente, como un libro, artículo o folleto. Asegúrate de que invitas a la gente a revisar la lista, para refrescar la memoria o incluso para llegar a nuevos principios/generalizaciones.

Nota para los facilitadores: Este enfoque deriva de nuestra creencia de que la gente tiene las repuestas en su interior. Por ejemplo, durante una capacitación para facilitadores de un grupo de supervivientes del SIDA sin experiencia formal en facilitación utilizamos esta herramienta. Pedimos a cada persona que dijera algún momento en el que ayudaron a alguien a enfrentarse a un desafío con éxito. Cada asistente encontró una historia y los comportamientos que llevaron a cabo – y entonces tomamos esta lista y la comparamos con una lista de habilidades de facilitación. Sin saberlo, la gente estaba facilitando – ¡ahora eran conscientes de ello!