Hacer que un grupo se abra a nuevas ideas: Expandir las zonas de confort

A menudo los grupos de activistas desarrollan algunas acciones que emplean una y otra vez. A veces eso es suficiente. Los grupos pueden desarrollar rituales internos o darse cuenta de que las tácticas continúan siendo efectivas. Pero con frecuencia los grupos pueden acostumbrarse tanto a las cosas que las hacen incluso cuando no son efectivas. Por lo tanto, si conoces a algún grupo que continúa eligiendo las mismas tácticas inefectivas, o las mismas reuniones aburridas, esta herramienta puede ser útil.

Duración: 15 minutos Tamaño del grupo: 5-40 personas

La idea de esta herramienta es ayudar a la gente a afirmar lo que ya saben hacer – lo que se encuentra en sus “zonas de confort”-, pero reconocer que para aprender algo nuevo tienen que estar en su “zona de no confort” — donde el grupo prueba nuevos comportamientos. Este ejercicio es una manera alegre y física de demostrar este concepto.

 

Cómo realizar el ejercicio

Forma un gran círculo en el suelo utilizando una cinta o una cuerda larga. El círculo debería ser lo suficientemente grande como para que quienes participan puedan moverse en él cómodamente. También debería haber espacio fuera del círculo para todos los participantes.

Pide que todos se pongan de pie dentro del círculo. Entonces, explica que este círculo representa su zona de confort.

Puedes realizar esta actividad con diferentes instrucciones, dependiendo de tu objetivo:

  • tácticas que hemos llevado a cabo
  • tácticas que conocemos
  • habilidades de organización
  • actitudes/emociones/comportamientos que tienen durante esta capacitación.

Por ejemplo, puedes pedir a la gente, “piensa sobre algunas tácticas que conozcas y que podrías llevar a cabo cómodamente.” Entonces, cuando alguien menciona una,  si otros  están de acuerdo, pide que se pongan al lado de esta persona. Hazlo rápidamente. No se queden  demasiado en un mismo elemento.

Mientras la gente nombra cosas, haz observaciones breves. Por ejemplo, lo que puede estar en la zona de confort de una persona no tiene por qué estarlo en la de otros/as, o lo que es cómodo en cierto momento puede sentirse de manera distinta en otro contexto.

Tras cinco o seis elementos (después de que el concepto de la zona de confort quede claro), explica que evidentemente lo que se encuentra fuera del círculo está en su zona de no confort. De nuevo, haz que quienes participan hagan lo mismo, pero fuera de la zona de confort. A medida que la gente nombre cosas,si otros sienten lo mismo pídeles que también salgan de su zona de confort (el círculo).

Anima al grupo a fijarse en sus sentimientos personales. Luego pide que todos vuelvan a su zona de confort.

Pide a la gente que reflexione brevemente: ¿Cómo ha sido salir la zona de confort?” “¿A alguien le preocupó que nadie se le uniera? ¿Cómo se sintieron al respecto?” De nuevo, simplemente busca reacciones rápidas. Este no es un buen momento para conversaciones largas o extensos argumentos intelectuales. Si comienzan a dar este tipo de respuestas, vuelve a la tarea: invita a otra persona a identificar algo fuera de su zona de confort.

(Tras unos cuantos elementos.) “¿Cuál es el valor de salir de tu zona de confort?”

 

Anota puntos clave del grupo sobre por qué salir de la zona de confort es valioso.

Explica el concepto: El aprendizaje sucede cuando los individuos y un grupo salen de su “zona de confort” a su “zona de no confort”.  Esto ocurre cuando están experimentando algo nuevo, o reflexionando sobre ello. Y, una vez que alguien sobrevive el viaje a su zona de no confort, su zona de confort crece. Él o ella sabe que lo puede hacer de nuevo. Esta es una actitud pro-aprendizaje. Tomamos riesgos (saliendo fuera de nuestra zona de confort) y nos permitimos aprender y probar cosas nuevas.

Invita al grupo a reflexionar sobre cuáles serían algunas de las acciones fuera de nuestra zona de confort que podríamos probar. El grupo puede pasar directamente a planear o probar nuevos comportamientos. Anima al grupo a darse cuenta cuando salen de su zona de confort y a que se apoyen mutuamente al hacerlo durante el resto de la reunión/capacitación.

 

Nota para los facilitadores:  Los conceptos de “zonas de confort” y “zonas de no confort” son diferentes del de construir espacio seguro o de contención para el grupo. Si quien facilita y el grupo hacen un buen trabajo construyendo una zona segura, los/las participantes saldrán frecuentemente de su zona de confort para poder estirarse y crecer. Permitir los sentimientos de incomodidad puede, por lo tanto, ser una señal de una fuerte zona segura en el grupo. Animamos a los/las participantes a que tomen conscientemente riesgos o desafíos que les saquen de su zona de confort.